La cruda del 25
Desperté con un brinco en el pecho y los números del calendario cayendo sobre mi frente.
No me va a alcanzar el tiempo para resolver lo que mi vocación de causas perdidas quisiera resolver antes de volar a territorio comanche.
Leo mi horóscopo. Si eso es lo que me espera en los próximos meses, mejor me entierro y espero un mejor siglo para levantar cabeza.
He pasado semanas esperando una llamada que no va a llegar, un mail que no va a brillar en la pantalla, una señal que me haga anhelar el retorno. Tendré que contentarme con mi propia vida.
Aflojo: el 25 ha sido siempre una fosa por la que resbalo. Hay cosas que no cambian con los años.
No me va a alcanzar el tiempo para resolver lo que mi vocación de causas perdidas quisiera resolver antes de volar a territorio comanche.
Leo mi horóscopo. Si eso es lo que me espera en los próximos meses, mejor me entierro y espero un mejor siglo para levantar cabeza.
He pasado semanas esperando una llamada que no va a llegar, un mail que no va a brillar en la pantalla, una señal que me haga anhelar el retorno. Tendré que contentarme con mi propia vida.
Aflojo: el 25 ha sido siempre una fosa por la que resbalo. Hay cosas que no cambian con los años.
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