Luz parda

martes, octubre 26, 2004

Regresando

Noche y agua: yo no busco la guerra pero el tema se vuelve el círculo de una sinfonía. El telón de fondo de mis cavilaciones.

Salgo del cine vuelta de cabeza. ¿Quién me manda buscar en la luz de la pantalla la sombra de mis fantasmas? Pero no puedo resistirlo. Me mata la sola idea de acurrucarme en la butaca a creer que el cine es mejor que la vida. Por compacto y por múltiple.
Salgo y veo la luna borroneada en el cielo, como dibujada con crayola blanca sobre cartulina negra. Suspendida encima del canal y bajo ella el mosaico de ventanas, oscuras o iluminadas de los edificios que están del otro lado del agua.
Paso de largo junto a los modestos muelles donde duermen peniches vueltas bares o cabarets navegantes. Algunos patos flotan su sueño. Me pregunto qué diablos hacen aquí en lugar de estar volando rumbo a Africa. Junto a mí pasan un perro babeante y su dueña guapa y jetona. Los dos tienen el pelo muy negro y la misma cara de fastidio.
Por un instante me siento personaje de nouveau roman: deconstruida pero en un marco genial...