No te hayas: no te vayas, no regreses
Y nuevamente de regreso sobre la figura del migrante:
Ulises quería regresar a Itaca por lo que significaba, por el recuerdo que, de tanto manosearlo, se ajustó a sus deseos, a sus nostalgias. No por lo que debía ser, no por las arrugas de Penélope o la deshonestidad de sus nobles. Fue por el vapor que metió a su botella.
Y hasta que Ulises no supo encontrar el sentido de su viaje, los dioses no lo dejaron volver a su casa.
Tú te sabes Ulises. Yo no soy Penélope.
Ulises quería regresar a Itaca por lo que significaba, por el recuerdo que, de tanto manosearlo, se ajustó a sus deseos, a sus nostalgias. No por lo que debía ser, no por las arrugas de Penélope o la deshonestidad de sus nobles. Fue por el vapor que metió a su botella.
Y hasta que Ulises no supo encontrar el sentido de su viaje, los dioses no lo dejaron volver a su casa.
Tú te sabes Ulises. Yo no soy Penélope.
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