Luz parda

viernes, febrero 03, 2006

No te hayas: no te vayas, no regreses

Y nuevamente de regreso sobre la figura del migrante:

Ulises quería regresar a Itaca por lo que significaba, por el recuerdo que, de tanto manosearlo, se ajustó a sus deseos, a sus nostalgias. No por lo que debía ser, no por las arrugas de Penélope o la deshonestidad de sus nobles. Fue por el vapor que metió a su botella.

Y hasta que Ulises no supo encontrar el sentido de su viaje, los dioses no lo dejaron volver a su casa.

Tú te sabes Ulises. Yo no soy Penélope.